domingo, 31 de enero de 2010

Ser... antes de tener

Recuerdo que hace algunos años, comparti el desarrollo de un curso enfocado en Desarrollo Organizacional y crecimiento personal con un colega consultor. Mi colega, un personaje pintoresco en su actuar, respetuoso y ya con 30 años o más de experiencia en el campo de la capacitación, basaba su charla enfocada en crecimiento personal en esta frase: "SER... ANTES QUE TENER".

Dicha frase me impactó especialmente, sobre todo, por la claridad tan "cruda" como la explicó a la audiencia. Mencionaba que, lamentablemente, hemos perido valores en la sociedad actual, y de esta cuenta, nos esmeramos y enfocamos en "tener". La mayoría de la gente en nuestras sociedades occidentales, nos enfocamos en "tener" otro carro, otro sueldo, otro empleo, otro país, otra cara! otro abdomen... otra esposa, otro esposo... La refexión me pareció interesante, ya que planteaba la contra - parte: "Debemos buscar SER, antes de tener, para que todo aquello que logremos "tener", le logremos dar valor real... igualmente, recuerden que menciono "tener" (entre comillas""), ya que nunca vamos a lograr TENER, realmente algo, basándonos en la temporalidad de nuestra experiencia en este mundo.

Aterrizando un poco más el tema, sobre el cual quiero desarrollar este blog, quisiera plantear la historia siguiente:

Hace algunos años, vivian dos granjeros en su respectiva granja, uno de un lado de una colina y el otro, al lado contrario. Uno de ellos, se levantaba muy animado de madrugada, todos los días para abonar la tierra, ararla, regarla, etc. Al final de su jornada, junto con el último rallo de sol, elevaba una oración, pidiendo que llegara la lluvia, para que su siembra fuera abundante.
El otro granjero, se levantaba ya tarde, mal humorado y apesadumbrado por la faena que tenía frente a él, para poder preparar la tierra y lograr una cosecha. No siempre realizaba todas las tareas necesarias para que la tierra estuviese preparada. Eso si, no pasaba ni un solo día, sin que elevara una oración pidiendo por lluvia, para su tierra, y que de esta cuenta, lograra una cosecha abundante.

Un buen día, el cielo se oscureció por completo, y efectivamente, de uno de los dos lados de la colina, inició a llover!

La pregunta sería, de qué lado llovió...?

Efectivamente, la lluvia cayó del lado del granjero afanoso, quien a diario realizaba la faena necesaria para preparar la tierra! Al ver esto, el otro granjero volvió sus ojos al cielo y enfurecido reclamaba: "Por qué has enviado lluvia solamente al otro lado de la colina y a este no? No ves que he estado rogandote por ella y esperándola incesantemente?"

Dios no manda lluvia para su cosecha a aquel que no se ha tomado el tiempo de esperarlo (a EL) y que sobre todo, no ha preparado su tierra para recibirlo!

SER... o TENER??!!